Llamamos energía de nuestro hogar al conjunto de energía formado por: la casa en sí (la estructura, mobiliario, aparatos, decoración), las personas, plantas y mascotas convivientes. Hay que tener en cuenta que la casa se impregna tanto de nuestra energía como de la energía de los acontecimientos que suceden en ella, tanto positivos como negativos. A esto hay que sumar la energía absorbida en nuestro entorno laboral, que también la solemos llevar a casa, y las posibles impregnaciones de propietarios o inquilinos anteriores.Llamamos energía de nuestro hogar al conjunto de energía formado por: la casa en sí (la estructura, mobiliario, aparatos, decoración), las personas, plantas y mascotas convivientes. Hay que tener en cuenta que la casa se impregna tanto de nuestra energía como de la energía de los acontecimientos que suceden en ella, tanto positivos como negativos. A esto hay que sumar la energía absorbida en nuestro entorno laboral, que también la solemos llevar a casa, y las posibles impregnaciones de propietarios o inquilinos anteriores.
Asi pues, dependiendo de la naturaleza y el nivel de contaminación energética del lugar, se podría establecer tres niveles:
NIVEL 1. Leve.
Suele ser producto de acumulación de cierta carga negativa, sobre todo a nivel mental-emocional. El ambiente se siente cargado y está carga se puede transferir a las personas que habitan el lugar.
Los síntomas pueden ser pesadez, malestar y dolor de cabeza. En este caso, una limpieza energética rutinaria podría tener un buen efecto y ayudaría a restablecer el bienestar energético del hogar.
NIVEL 2. Intermedio.
La carga negativa o de baja vibración está muy densa o de vibración muy baja. Esto puede producir rotura de vidrios (bombillas, vasos, espejos, etc.), problemas de fontanería (atascos o fugas de agua es lo más común).
Esta carga negativa puede causar un mayor malestar en las personas que conviven en la casa: dolores de cabeza, irritación, ansiedad y nerviosismo en general.
Los niños pueden tener, en estos casos, problemas relacionados con el sueño (insomnio, miedos, pesadillas, etc), así como incontinencia según su edad. Las mascotas también se sienten más nerviosas y alertas de lo habitual.
En este nivel, la limpieza rutinaria se quedaría corta. Habría que detectar el foco de la contaminación, analizar la naturaleza de esa energía y enfocar la limpieza según el resultado.
NIVEL 3. Avanzado.
Los efectos son mucho más visibles y contundentes. Problemas repetitivos con electrodomésticos, problemas relacionados con la electricidad y aparatos electrónicos, sensación de tener una presencia concreta en casa, sonidos de pasos durante la noche, etc.
En estos casos, habría que determinar primero si, efectivamente, hay una presencia en el lugar. Para esto, lo mejor es un/a médium profesional con experiencia. Una vez determinado que sí hay una presencia, la persona encargada de ayudar a estas energías, el/la médium profesional, iría en primer lugar, ya que una limpieza con elementos de fuego en esta situación podría ser contraproducente (los inciensos, velas o Palos Santos podrían arder más de la cuenta y producir un incendio).
Una vez solucionado esto, se haría una limpieza energética de arrastre y se restablecería el bienestar energético del hogar.