Verónica Paredes

Verónica Paredes

Desde niña, mi inquietud por las cuestiones existenciales ha sido fascinante. Para mí, preguntar por el origen del universo, o el sentido de la vida, era igual de normal que preguntar qué había de merienda, o si podía salir a jugar.


Al principio, parecía ser una etapa, cosas de niños, pero los años pasaban y yo seguía preguntándome qué hacemos aquí. 


En la etapa de bachillerato, descubrí la filosofía y fue un alivio, porque me sentí en mi elemento y además, quizás, podría darme respuestas. 


Al tiempo, entré a la facultad toda entusiasmada, por todo lo que tenía que descubrir. Allí aprendí de antropología, lógica, ética, teorías del conocimiento, metafísica, filosofía de la ciencia... Todo me resultaba fascinante, y parecía que las respuestas podían estar cerca, así que me acabé licenciando.


Pero no encontré las respuestas que anhelaba en ningún libro, sino en el proceso. 


La filosofía te prepara, te enseña y te entrena para hacerte las preguntas correctas a lo largo de tu vida. Hacerte la pregunta correcta en el momento correcto, te saca de tu inercia, te hace parar y reflexionar. 


Por otro lado, el espíritu de la filosofía es la búsqueda de la verdad. El significado etimológico de la palabra filosofía es amor por la sabiduría. Esto nos lleva, necesariamente, a contestar con honestidad a la pregunta correcta en el momento correcto. 


De este modo, si te haces la pregunta correcta en el momento correcto de tu vida, y la respondes desde el corazón, con honestidad, la decisión que tomes al respecto, será la más certera.


Un abrazo 💚